A nadie le gusta perder dinero, al menos no conozco a nadie que le guste. Nuestros cerebros odian tanto la idea de perder algo que es valioso para nosotros al punto que abandonamos cualquier pensamiento racional y tomamos malas decisiones.
Al igual que cuando invertimos a largo plazo o cuando hacemos trading, estamos expuestos a perder dinero y de hecho es muy importante saber que eso puede pasar, pero lo que podemos sentir al perder en estos dos escenarios es completamente diferente.
Cuando compramos acciones de una empresa, digamos Apple, sabemos que el precio puede subir y bajar dependiendo de la situación económica, las ventas que hay, el margen de utilidad y muchos otros factores más. Si nuestra inversión está teniendo un rendimiento negativo y en teoría estamos perdiendo dinero, el saber que Apple tiene una gerencia de primera y más de 150 mil empleados que darán lo mejor de ellos no solo para mantenerla a flote sino que también para hacerla lo más lucrativa posible, nos genera una sensación de confianza de que nuestra inversión nos dará frutos tarde o temprano.
Otro punto a considerar es que la devaluación de nuestra inversión es progresiva, la sensación de ver un retroceso de 5% en una semana es distinta a ver un retroceso de 50% en el mismo periodo de tiempo. Esa relación porcentaje/tiempo nos permite reflexionar sobre nuestras emociones y cómo reaccionaríamos frente a esa situación, evaluamos si vale la pena comprar un poco más de acciones, si aceptamos la pérdida y liquidamos todo o si simplemente le damos tiempo al tiempo y esperamos a que mejore. Les aseguro que ese tiempo que se tiene para pensar y actuar es un lujo que solo las inversiones a largo plazo ofrecen.
Hacer trading es un mundo completamente diferente, aquí se tiene que tener un plan de entrada, acción y salida antes de dar el primer paso. Muchas veces no existe ese momento para poder reflexionar, a esto sumarle que tampoco hay esa sensación de confianza de que nuestra operación dará frutos inmediatos por un factor interno del instrumento que se esté operando. Por ejemplo, si estoy haciendo trading en oro y estoy perdiendo, nada me garantiza que precisamente en ese momento se de un cambio en la tasa de inflación del dólar o que cambie la demanda sobre este metal o que suceda algo que salve mi operación.
Cuando hacemos trading, al igual que cuando invertimos a largo plazo, hacemos un análisis tanto fundamental como técnico que nos da una referencia de lo que podría pasar más adelante, pero nada garantiza que estaremos en lo correcto.
El movimiento que se puede experimentar cuando se hace trading puede ser mucho mayor, ya sea por la misma volatilidad del instrumento o por un apalancamiento adicional al punto que nuestro dinero puede reducirse a cero en cuestión de segundos. Es por eso que les digo que lo que se siente invirtiendo a largo plazo y haciendo trading es muy diferente.
Como perder es algo inevitable, lo mejor es aprender a controlar esa pérdida.
Aquí les dejo unos consejos:
– Ponte un horario
Invertir o hacer trading es un trabajo y por consiguiente debemos tener un horario establecido para hacerlo, no es algo que agarras tu celular en cualquier momento, compras, vendes y se acabó. De hecho, nunca recomiendo usar el celular para hacer trading.
Si este no es tu trabajo a tiempo completo, busca un horario que se acomode a tu rutina y hazlo solo en ese momento.
– No necesitas hacer dinero todos los días
Si bien es cierto, todos los días existen oportunidades para ganar dinero, puede que tengamos un día en donde no encontramos nada interesante. El querer forzar al mercado a darnos rendimiento, algunas veces puede hacer que terminemos el día con pérdidas. No hay nada de malo si hoy no lograste ganar nada.
– Opera en tu zona de confort
Hacer trading de forma rentable, sobre todo, está muy ligado al control emocional pero no solo se trata de lo que sentimos sino también del ambiente en donde estamos.
Imaginen a un cirujano tratando de operar en un ambiente lleno de ruido, gente andando, etc. El médico puede ser muy bueno pero el ambiente en el que está no lo va a dejar trabajar al 100% de su capacidad. Lo mismo sucede cuando queremos buscar oportunidades en el mercado, debemos de hacerlo en nuestra zona de confort. Puede ser en la sala de nuestra casa, en el cuarto, en la oficina, donde sea que ustedes identifiquen ese espacio como su zona óptima de trabajo y puedan dar el 100%.
– Si tuviste un mal día, no hagas nada
Si tuviste un mal día, ve al gimnasio y darás lo mejor de ti. Cuando se trata de exigirle a nuestro cerebro, no podemos aplicar la misma fórmula. Para poder operar el mercado de la mejor manera, debemos de estar en paz con nosotros mismos. Como dije anteriormente, no hay nada de malo si hoy no se ganó nada. Es mucho mejor tomarnos uno o varios días libres y cuando estemos con la mente en paz, recién ahí sentarnos a buscar oportunidades en el mercado.