Nvidia retrocedió más de 3% luego de que un reporte de The Information revelara que Meta está en conversaciones para comprar chips de inteligencia artificial fabricados por Alphabet. Este movimiento despertó inquietud inmediata en el mercado, ya que Meta es uno de los mayores consumidores de infraestructura de cómputo para IA en el mundo.
Alphabet lleva meses reforzando su apuesta por el hardware de IA. Sus Tensor Processing Units (TPU) se están posicionando como una alternativa seria frente a las GPU de Nvidia. El mes pasado, la compañía anunció un acuerdo para entregar hasta un millón de estos chips a Anthropic, una de las startups más relevantes del sector.
Si Meta decide integrar los TPU de Google en su infraestructura, esto abriría un nuevo capítulo en la competencia por el cómputo de alta demanda, una categoría dominada históricamente por Nvidia.
Mientras tanto, Nvidia responde a las críticas con un extenso documento de siete páginas en el que niega acusaciones recientes sobre sus prácticas contables y la sostenibilidad del ciclo de la IA. La empresa afirma que su negocio se encuentra en fundamentos sólidos y que la demanda por sus chips continúa excediendo la capacidad de oferta.
Aunque el mercado reaccionó con volatilidad, el trasfondo es claro: la competencia en inteligencia artificial está entrando en una nueva etapa. Y en un entorno dominado por grandes jugadores, cada decisión estratégica tiene el poder de mover a toda la industria.




