El fin del centavo: ¿primer paso hacia un sistema financiero digital?

Durante más de 230 años, el penny fue parte del día a día en Estados Unidos. Hoy, bajo el mandato del presidente Donald Trump, se deja de fabricar oficialmente. Puede parecer algo anecdótico. Total, ¿quién usa monedas de 1 centavo? Pero lo que está ocurriendo es mucho más profundo de lo que parece. Y, como inversionistas, conviene estar atentos.

Fabricar dinero que cuesta más de lo que vale

La decisión tiene una razón lógica: fabricar un penny cuesta casi 4 centavos. En 2023, los contribuyentes estadounidenses gastaron 56 millones de dólares solo para producir estas monedas. Y lo más curioso: el 60% de las monedas en circulación no se usan, están guardadas en cajones o frascos.

El concepto detrás de esto se llama señoreaje negativo: cuando el costo de acuñar una moneda supera su valor nominal. Esto ha sido una realidad con el penny por casi dos décadas. Y ahora, el gobierno ha decidido ponerle fin.

El redondeo y el impacto en los pagos en efectivo

Con la salida del penny, los pagos en efectivo en EE.UU. comenzarán a redondearse a múltiplos de 5 centavos. Si el total termina en 1 o 2 centavos, se redondea hacia abajo; si termina en 3 o 4, hacia arriba. Países como Canadá, que eliminaron su centavo en 2013, mostraron que a largo plazo el impacto es neutro: lo que redondeas hacia arriba lo compensas con lo que redondeas hacia abajo.

Pero este tipo de medidas también tienen un efecto simbólico: nos alejan un poco más del efectivo. Especialmente cuando las transacciones digitales no necesitan redondeo y registran hasta el último centavo.

¿Y ahora el níquel?

El siguiente en la lista podría ser el níquel, la moneda de 5 centavos. Fabricarlo cuesta cerca de 14 centavos, casi tres veces su valor. Esto refuerza una tendencia: dejar atrás el dinero físico, especialmente cuando ya no es eficiente ni utilizado.

¿Estamos entrando a la era del dinero digital?

A la par que se eliminan monedas, se construye nueva infraestructura. En Estados Unidos, el sistema FedNow, lanzado en 2023, permite pagos instantáneos las 24 horas del día. Aunque aún no es una moneda digital oficial, muchos lo ven como el primer paso hacia una CBDC (Central Bank Digital Currency).

Otros países ya están más avanzados. En Suecia, más del 90% de las transacciones son digitales. En China, el yuan digital ya está siendo probado en millones de personas. ¿Y en América Latina? Aunque el uso del efectivo sigue siendo alto, Brasil ha avanzado con su sistema de pagos instantáneos PIX, y el Banco Central del Perú está evaluando hace tiempo una moneda digital.

El dilema: eficiencia vs. libertad financiera

Una economía digital tiene muchas ventajas: pagos inmediatos, menos costos operativos, más trazabilidad. Pero también despierta preocupaciones: ¿qué pasará con la privacidad financiera? ¿Podremos seguir haciendo transacciones sin dejar rastro? ¿Habrá más control y supervisión?

Como inversionistas, estos cambios nos obligan a repensar cómo gestionamos nuestro dinero, dónde lo almacenamos y qué tipo de activos protegerán mejor nuestro patrimonio ante un sistema financiero más controlado, menos tangible y en constante transformación.

No es solo el fin del centavo

El penny se va, pero lo que viene es más relevante: un cambio estructural en cómo funciona el dinero. Quizás pronto los billetes también sean cosa del pasado. Y si bien no todo está definido, estamos viendo los primeros pasos de un proceso que puede redefinir nuestra relación con el sistema financiero global.

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